
En un cazo pequeño, pon a hervir dos dedos de agua buena.
Pon en remojo 2 placas de gelatina.
Baja el fuego al mínimo para que deje de hervir sin perder calor. Añade el queso batido y remueve bien.
Añade al queso la raspadura de limón, que es la parte amarilla de la piel del limón rallada fina. Prueba la mezcla y añade las gotas de estevia al gusto.
Comprueba que las placas de gelatina están blandas y añádelas a la mezcla. Remueve bien y reparte la mezcla en dos vasos.
Introduce los vasos en la nevera para que el queso se cuaje.
Este paso se puede realizar una vez el queso esté cuajado, con textura de gelatina.
Pon en remojo 2 placas de gelatina.
En un cazo pon a hervir 150 ml de agua buena y cuando hierva añade el té Chai a infusionar por 2-3 minutos. Apaga el fuego.
Retira el saquito de té chai. Comprueba que las placas de gelatina estén blanditas y añádelas al té. Remueve bien.
Añade al cazo una pizca de canela y remueve.
Vierte el líquido repartiéndolo en los dos vasos y refrigera.
Antes de servir, decorar con semillas y canela en polvo.
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